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EyeDetect de Converus rechazado como prueba pericial en la Corte de Taos, Nuevo México, EE.UU

John Rael, un exentrenador del Sistema Escolar de Questas, NM, EE.UU., fue acusado de agresión sexual por una alumna de la escuela.

La causa fue tratada por el Tribunal Judicial del Distrito 8º del Condado de Taos, Nuevo México en 2018. El caso fue el Estado de Nuevo México (demandante) contra John Rael (acusado) con el juez Jeff F. McElroy.

Mark Handler empleado de Converus fue requerido por el abogado de Rael, Alan Maestas, para que actuara como testigo experto en un intento desesperado de apoyar la defensa del acusado.

Handler había sido requerido después de que Rael fracasara previamente una prueba de polígrafo tradicional debido a las interrupciones que él mismo provocaba, con llantos y movimientos continuos. Esta situación solo podía ser interpretada como un intento de manipulación de los resultados por parte de Rael, posiblemente después de haber recibido algún tipo de instrucción por parte de sus defensores para obtener un veredicto de la prueba a su favor.

Después de haber fallado ante el polígrafo, Rael se enfrentó a la prueba del EyeDetect de Converus, sin que conste datos gráficos o estadísticas que apoyen o justifiquen en qué se basó Handler para posicionarse a favor de la veracidad del testimonio del acusado, en un intento claro de desmontar los cargos expuestos por la acusación.

El primer día del juicio, el miércoles (16 de mayo de 2018), se tomó declaración a varios testigos, incluida la presunta víctima, que ahora tiene 18 años, quien acusaba a Rael de violarla en 2016 cuando tenía 14 años. La joven era una destacada atleta que debido a su espectacular belleza y simpatía había sido elegida también como animadora del equipo de atletismo.

Ante el tribunal, la víctima relató los detalles del incidente, que supuestamente tuvo lugar el 9 de junio de 2016, cuando Rael, un entrenador en el ella confiaba, la violó presuntamente en la oficina de “The Veterans of Foreign Wars” de Questa, Nuevo México.

Los padres de la víctima dijeron que optaron finalmente por presentarse ante la policía debido a los cambios inquietantes en el comportamiento de su hija, situación que notaron en los meses posteriores a la presunta violación. Esta decisión la toman en noviembre de 2016, pese al sentimiento de vergüenza de su hija y su deseo de evitar la publicidad negativa.

Ante los abrumadores indicios de culpabilidad de Rael, y después de haber fallado la prueba del polígrafo, su abogado se puso en contacto con la empresa Converus, donde sin duda apreciaron la oportunidad que les brindaba la ocasión para publicitar a Eye Detect, como método infalible para detectar mentiras ante un tribunal de los Estados Unidos, en detrimento del polígrafo tradicional.

En su deposición ante el Juzgado el experto Mark Handler argumentó, sin datos científicos que lo apoyaran, que su particular detector de mentiras era muy fiable y que incluso podría ser combinado con el polígrafo, al tiempo que la defensa ocultaba los motivos por el que los gráficos del fallido polígrafo de Rael no fueron presentados ante la corte como prueba, hecho que también oculto Handler en su alegato pericial.

Preguntado en qué se basaba para confiar en la sinceridad de Rael, Handler, quien fue presentado como experto poligrafista avalado por la APA, alegó que “los ojos no mienten” y que a través de su movimiento y la dilatación de la pupila el sistema Eye Detect de Converus puede determinar si el acusado dice o no la verdad al responder a un cuestionario de preguntas. Lo que no dijo Handler fue en qué hechos científicos basaba tal afirmación.

Preguntado por la acusación sobre si el resultado se basaba en su sola valoración personal o en la interpretación del algún tipo de gráfico o datos que pudieran ser evaluados por otro experto, Handler negó esa posibilidad, pues Converus era el único desarrollador de esa tecnología en el mercado actual, no siendo compartida para su debate científico.
Por su parte el fiscal Tim Hasson consiguió persuadir al jurado de la naturaleza poco confiable de las pruebas de detección de mentiras basadas en Eye Detect, alegando que ningún estado había admitido pruebas basadas en esa nueva tecnología, y que por tanto no deberían ser admitidas como evidencia.

No habiendo podido convencer al tribunal sobre las supuestas bondades de Eye Detect como supuesto detector de mentiras, la defensa de Rael llegó a un acuerdo de declaración de culpabilidad, aceptando una condena de cuatro años de libertad condicional y una orden de alejamiento

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