Mitos y realidades del detector de mentiras en casos de infidelidad.

 

El polígrafo entre el mito y la realidad: lo que realmente revela sobre la infidelidad. En la cultura popular, el polígrafo o “detector de mentiras” se ha convertido en una especie de símbolo infalible para descubrir engaños. Sin embargo, cuando se habla de aplicaciones concretas, como la sospecha de infidelidad, emergen múltiples creencias que distorsionan su verdadero alcance y funcionamiento. A continuación, abordamos los mitos más comunes, contrastándolos con las realidades que sustentan este procedimiento.

  1. Mito: “El detector de mentiras es 100% infalible.”
  • Realidad: Ningún método de detección de engaños ofrece garantías absolutas. Aunque algunos estudios sitúan la precisión del polígrafo en un rango entre el 92% y el 98% (dependiendo del experto, el protocolo y las condiciones del examen), la infalibilidad total no existe. Factores como la habilidad del examinador, el diseño de las preguntas o el estado emocional del examinado influyen en la confiabilidad del resultado.
  • Conclusión: El polígrafo proporciona una alta probabilidad de detectar engaños, pero siempre ha de considerarse como una herramienta complementaria y no como una sentencia irrefutable.
  1. Mito: “Cualquiera puede engañar el polígrafo con trucos simples.”
  • Realidad: Morderse la lengua, controlar la respiración de manera artificial o pellizcarse para generar dolor son técnicas que se mencionan con frecuencia. En la práctica, estos métodos rara vez funcionan porque el polígrafo registra múltiples variables fisiológicas al mismo tiempo. Un examinador experimentado puede detectar patrones anómalos y signos de manipulación, como movimientos excesivos o variaciones inconsistenes en el ritmo cardíaco.
  • Conclusión: Aunque las películas y series populares muestren a personajes burlando la máquina, la realidad clínica indica que es muy difícil mantener de forma prolongada una respuesta corporal artificial que no sea detectada.
  1. Mito: “Si estás nervioso, el polígrafo marcará que mientes.”
  • Realidad: El nerviosismo es un factor común en todas las personas que se someten a un detector de mentiras, especialmente si el tema es tan delicado como la infidelidad. Para contrarrestarlo, se realizan preguntas de control que permiten distinguir la ansiedad natural de la respuesta fisiológica específica asociada al engaño.
  • Conclusión: Sentir ansiedad no implica forzosamente “resultado positivo” en engaño. El examinador busca cambios marcados frente a una línea base establecida.
  1. Mito: “Solo basta con hacer preguntas directas sobre la infidelidad.”
  • Realidad: Para lograr resultados fiables, el examen se estructura con diferentes tipos de preguntas:
    • Preguntas neutrales: Sirven para establecer un punto de referencia y reducir la tensión inicial.
    • Preguntas de control: Relacionadas con temas que el examinado puede haber mentido en el pasado, pero no directamente sobre la infidelidad.
    • Preguntas relevantes: Se enfocan en el objeto principal (por ejemplo, “¿Has mantenido relaciones sexuales con alguien que no sea tu pareja desde X fecha?”).
  • Conclusión: El éxito de la prueba radica en el diseño y secuencia de preguntas, no solo en la pregunta directa sobre la posible infidelidad.
  1. Mito: “El polígrafo sirve para descubrir cualquier tipo de mentira.”
  • Realidad: El polígrafo está diseñado para detectar reacciones fisiológicas asociadas a la ansiedad provocada por mentir. Por ello, es ideal para indagar hechos concretos, como la infidelidad, el robo o un incidente específico. Sin embargo, no es apto para determinar sentimientos o estados emocionales (“¿Todavía me amas?”) ni para evaluar opiniones (“¿Crees que tu relación va bien?”).
  • Conclusión: El alcance del polígrafo está limitado a verificar declaraciones fácticas o sucesos objetivos, no intenciones, emociones o percepciones subjetivas.
  1. Mito: “La presencia de un tercero no afecta los resultados.”
  • Realidad: El ambiente en el que se realiza la prueba influye en la comodidad y nivel de ansiedad del examinado. Si hay un observador (por ejemplo, la pareja que sospecha la infidelidad), puede generarse una presión emocional mayor que distorsione las reacciones naturales o dificulte la colaboración.
  • Conclusión: La mayoría de los profesionales suelen realizar el examen en privado, permitiendo al examinado sentirse más tranquilo y ofreciendo condiciones estándar para el registro fisiológico.
  1. Mito: “El polígrafo es una herramienta que resuelve por sí sola los problemas de pareja.”
  • Realidad: La función principal del detector de mentiras es ayudar a determinar si alguien dice la verdad sobre un suceso en concreto. Aunque esto puede aportar claridad en casos de infidelidad, no repara la confianza ni soluciona los conflictos subyacentes. La terapia de pareja, la comunicación abierta y el compromiso de ambas partes resultan indispensables para superar la crisis posterior.
  • Conclusión: El polígrafo aclara dudas, pero el verdadero proceso de reconstrucción o ruptura de la relación depende del trabajo emocional y la disposición de la pareja.
  1. Mito: “Cualquier persona está apta para realizar la prueba.”
  • Realidad: El examinador debe ser un profesional certificado, con formación específica y experiencia en poligrafía. Además, es conveniente que el examinado no se encuentre bajo estados de estrés extremo, enfermedades cardíacas graves o influenciado por medicamentos que alteren drásticamente las constantes vitales.
  • Conclusión: Para obtener resultados confiables, es necesario un profesional acreditado y un examinado física y emocionalmente estable en la medida de lo posible.
  1. Mito: “No hay ningún tipo de regulación sobre su uso.”
  • Realidad: En muchos países existen normativas y estándares profesionales que regulan la práctica del polígrafo. Aunque en el ámbito privado (como es el caso de las infidelidades) la normativa puede ser menos estricta que en contextos judiciales, sí se establecen principios éticos y de confidencialidad que los examinadores profesionales deben respetar.
  • Conclusión: El entorno legal y ético varía según la región, pero hay lineamientos que buscan proteger la intimidad y derechos de las personas.

Conclusión: entre la verdad y las percepciones

El polígrafo es una herramienta valiosa para descubrir posibles engaños en un entorno donde la desconfianza está presente, como la infidelidad. Sin embargo, no debe ser visto como un método mágico e infalible. Reconocer sus limitaciones y procedimientos adecuados es clave para aprovechar sus beneficios sin caer en mitos que generan falsas expectativas.

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