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De las muchas aplicaciones que la sociedad le confiere al detector de mentiras destacan dos a nivel mundial, de una parte la prevención del riesgo ante la contratación de empleados indeseables y de otra la filtración de espías y terroristas en las distintas administraciones y agencias de seguridad, eso en lo que respecta a países más avanzados en este tipo de materias, algo que viene sucediendo desde que el detector de mentiras fuera puesto por primera vez en escena en una comisaría californiana, de eso hace ya más de un siglo, concretamente sucedió en 1921.

En España, país poco serio en tantas cosas, de la seguridad nacional mejor no hablar, el polígrafo tiene menos tiempo de uso, y no fue hasta 1992 cuando se hizo popular a manos de un programa de televisión, la famosa “Máquina de la Verdad” de Valerio Lazarov, formato de televisión que exigía rigor periodístico y un verdadero experto a los mandos del aparato, nada que ver con la telebasura actual y la churrera poligrafera.

Treinta años después, son miles las parejas que han resuelto sus cuitas recurriendo a los servicios de los escasos profesionales que en España existe sobre la materia, siendo el proceso tan aparentemente sencillo como pedir una cita y prepararse para exponer las dudas que asaltan sobre el comportamiento de la pareja.

Es a través de una sesión de unas dos horas como se desvelan a través de una la entrevista las diferencias que dan paso a la elaboración del cuestionario que será propuesta a la parte supuestamente infiel, quien después de otorgar su consentimiento escrito se sentará ante el detector de mentiras para responder a varias tandas de preguntas que le pondrán en un aprieto si es que viene con intenciones de mentir.

Pero he aquí que el polígrafo funciona a veces con solo nombrarlo, incluso sin necesidad de ajustarse sobre el cuerpo de la pareja supuestamente infiel, y para demostrarlo traemos a colación tres casos significativos.

 

ANA vs DANI

Ana, una joven ingeniera de Salamanca nos cuenta la historia de su relación con Dani, agente comercial, a quien recientemente ha propuesto una prueba de polígrafo que él ha aceptado para resolver una presunta infidelidad, envite que su chico ha aceptado como si de un avezado jugador de póker se tratara.

Cuando iniciaron la relación a través de un sitio de Internet en 2017, Ana descubrió que Dani tonteó al mismo tiempo con otra joven de nombre Lydia, hecho que él justifico más tarde alegando que en ese momento aún no se había decidido por ella, pero que todo había quedado atrás y resuelto, que eso ya no sucedería más. Ana perdonó.

Tras tres años de convivencia la relación se tambalea de nuevo, pues hace solo unos días Dani mostró un comportamiento extraño tratando de anular las llamadas que recibía en el momento de entrar en casa. ¿Quién te llama tanto? preguntó Ana con cierto asombro, nada cariño, nada…, se han confundido, respondió él. Como quiera que la situación llegó a repetirse varias veces, Ana decidió exigió a Dani el terminal para llamar al teléfono de donde provenían las llamadas. Le contestó el marido de Lydia, la joven con quien Dani tonteó cuando conoció a Ana. “Tu pareja es un sinvergüenza, se está viendo con mi mujer, tienen un lío, le espetó el marido de Lydia”.

Cuando Ana pide a Dani que le explique lo que está pasando este responde queriendo retomar el control de la situación, no ha pasado nada, con Lydia nunca he tenido nada, solo me ha llamado un par de veces porque tiene problemas en su casa y me ha parecido que debía ayudarla escuchándola, solo para que se desahogara.

No contenta con la explicación, Ana revisa el listado de llamadas del móvil de Dani y comprueba que las conversaciones con Lydia son muchas más de las reconocidas y a veces de horas, coincidiendo algunas con días en que él ha llegado a casa más tarde de lo habitual.

Dani toma la iniciativa y propone a Ana un órdago, “si quieres me hago la prueba del polígrafo y me preguntas lo que te dé la gana, a ver si así te quedes más tranquila”. Ana se quedó dudando ante el firme envite, en su reflexión pensó que si Dani estaba tan dispuesto a hacerse la prueba quizá podría estar diciendo la verdad, y de cara al verano tampoco les venía bien afrontar el gasto extra que suponía contratar los servicios de un polígrafo que le diera garantías de profesionalidad.

Días después, en la cabeza de Ana seguían sonando las palabras del marido de Lydia, pensando a su vez que podía haber sido burlada por Dani desde el inicio de la relación, y que resolver ese dilema era imperativo para ella y bien le merecía invertir lo necesario para salir de dudas definitivamente. Fue este el pensamiento que llevó a Ana a llamar a Poligrafo.com y establecer una cita para días después, aprovechando que tenía previsto bajar con Dani a Madrid.

Aceptado el reto, Ana anuncia a Dani haber reservado una sesión de polígrafo, sin embargo y para su sorpresa a Dani le cambia el semblante, se desdibuja y reacciona entrando en cólera, “pero cómo se te ocurre meterme en algo así, es que no te basta mi palabra…” Pues no, la verdad es que no, o te haces el polígrafo o esta relación se ha acabado, concluyó Ana con firmeza.

Moraleja, cuando tu pareja te diga eso de “si no me crees estoy dispuesto a hacerme un polígrafo”, desconfía y tómale la palabra, actúa, y si flaque sin siquiera sentarse ante un detector de mentiras profesional es que te está mintiendo descaradamente.

 

MARTA vs ANTONIO

Marta de Almería nos cuenta su propia historia. Ella ya se sometió hace años al polígrafo para probarle a su pareja Antonio que no le había sido infiel durante los meses que él estuvo en prisión.

Con el paso de los años la relación se estabiliza y llegan a ser felices, hasta que hace apenas un mes Marta es alertada de una probable infidelidad. Al parecer, su pareja se había liado con una empleada del chiringuito que explotan en la costa. A Marta el soplo le vino por una amiga de la playa cuando le envía una foto recién tomada con el móvil, en ella se ve a Antonio restregándose sobre el trasero de la joven que acababan de contratar para la temporada de verano.

Cuando Marta enseña a Antonio la foto recibida, que le expone en actitud comprometida, este reacciona diciendo que no es lo que ella interpreta, que en realidad no ha pasado nada, solo un roce producto de haberse bebido unos chupitos al compás de la música playera.

Recordando el pasado, Marta conmina a su pareja a pasar por la máquina detectora de mentiras, como hizo ella con gallardía en su momento, recibiendo como respuesta “me hago el polígrafo cuando quieras, y además si sale que digo la verdad lo pagas tú, para que aprendas a no desconfiar de mi”

Tan solo dos días después de recibir la foto comprometida en la que se veía a su pareja en actitud de empotrar a la joven camarera, Marta ya había acordado que un experto de Poligrafo.com se desplazará hasta su casa en Almería para someter a su pareja al polígrafo.

A la mañana siguiente el polígrafo llama a la puerta de su domicilio en Almería, Antonio, quien según Marta había dormido plácidamente, se deshace en excusas para evitar enfrentarse al momento de la verdad, alegando no haber descansado bien y en las debidas condiciones. Sin embargo ese día realizaría sus actividades sin más contratiempos.

Cuando ya de noche, ese mismo día, Antonio regresa del chiringuito y encuentra un bulto con sus cosas personales en la puerta del domicilio con una nota a mano que decía “aquí no vuelves a entrar hasta que pases con nota la prueba del detector de mentiras”.

 

ÚRSULA vs WILFRED

Con todo, quizá el caso de Lucia sea el más representativo de embustero que yendo de farol solicita pasar la prueba del polígrafo sin ninguna intención de cumplir su promesa, con la sola intención de lanzar un “envido” a su pareja, de forma contundente, para que esta recule en sus pretensiones y no llegue la sangre al río.

Me voy para Cádiz que en Madrid está haciendo mucho calor, eso le dijo Wilfred a su pareja Úrsula con motivo de unos días en que ella tendría que viajar a Barcelona por motivos de trabajo.

Ya en Barcelona, Úrsula decide echar un vistazo en redes sociales, viendo como una amiga había publicado fotos de playa donde se veían algunas mesas de restaurantes, etc., siendo que en una de ellas se ve el brazo y el reloj de su marido, situación que le puso en alerta roja por posible naufragio de su matrimonio.

Durante todas las comunicaciones con Wilfred este le había dicho que se aburria de estar solo en la playa, pero que le venía bien para desconectar un poco y evitar los 40 grados sofocantes de Madrid.

Cuando finalmente regresa a casa, Wilfred se deja en teléfono en casa mientras baja a la calle a por tabaco, momento en que aparecen mensajes en su pantalla, son WhatsApp de una mujer que caen en cascada.

Al subir a casa Wilfred se encuentra a Úrsula con su teléfono en la mano, pidiendo que desbloquee para ver los mensajes que le están llegando. Wilfred titubea y ante la mirada de pocos amigos de Úrsula cede y abre el WhatsApp, aparecen fotos de una habitación de un hotel donde se le ve a él y de fondo una mujer en tanga y sin sujetador, como si se conocieran íntimamente.

Wilfred se prepara para lo peor, pero es rápido y reacciona con contundencia, verás, te lo puedo explicar, fui para allá y me encontré con aquella señora tan amable que conocimos en el hospital cuando estuve ingresado y compartí habitación con su hijo. Pues bien, esta señora se me acopló y se vino al hotel conmigo tres noches, pero no pasó nada, ella pagó las comidas y yo la habitación, pero te juro que no paso nada, no es mi tipo y tú lo sabes, además ahí en las fotos ves que son dos camas, o sea, no hemos dormido juntos (sic). “Estoy dispuesto a someterme al polígrafo para demostrarte que no hemos follado”

Para sus adentros Úrsula entiende que es muy improbable que su marido no le esté mintiendo, pues ella ya viene de un fracaso matrimonial anterior motivado por situaciones similares, sin embargo, Wilfred es un hombre de buena posición al que no le gustaría perder de ninguna manera, de otro lado están sus amistades y la familia, quienes le empujan a exigir dignidad, por lo que acabará aceptando la propuesta de Wilfred.

Cariño, ya he contratado el polígrafo, tenemos cita en la oficina de Las Rozas de Madrid, mañana sábado a las 10 de la mañana. Han sido muy amables, me han pasado un documento informativo sobre la prueba del polígrafo paso a paso, para que te lo leas si quieres.

Pero tú de que vas, estás loca o qué? Por qué te tomas al pie de la letra lo de someterme al polígrafo, es que no te basta con mi palabra? Yo no me he follado a la gorda esa…” “Cómo se te ocurre querer llevarme al polígrafo, qué quieres, que me de otro ictus?

Nota. – Poligrafo.com publica historias relacionadas con casos reales, algunos datos han sido modificados para evitar identificar a los verdaderos protagonistas. Nuestra experiencia nos enseña que a veces los personajes más falaces prometen estar dispuestos a someterse al polígrafo ocultando sus verdaderas intenciones, tan solo para acallar las quejas de la pareja, siendo desenmascarados por sorpresa al negarse a acudir a la cita con el polígrafo ya está establecida por su pareja, sin ser siquiera necesario poner en marcha el aparato.

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