La evaluación de la credibilidad se refiere a cualquier intento de determinar la veracidad. Otros términos que se han utilizado para referirse a la evaluación de la credibilidad incluyen la detección de engaños y la detección de mentiras. El término detección de mentiras se ha convertido prácticamente en sinónimo del uso del polígrafo y ya no se puede utilizar para referirse a la gama de procedimientos empleados actualmente para evaluar la credibilidad. Además, tanto la detección de mentiras como la detección de engaños tienen un tono negativo que no captura completamente la orientación de los enfoques actuales de credibilidad. En consecuencia, el término evaluación de la credibilidad ha surgido recientemente como la etiqueta preferida. El objetivo de la evaluación de la credibilidad suele ser la determinación de la verdad de una declaración o que se encuentre en un conjunto de declaraciones. La necesidad o el deseo de hacer tal evaluación puede afectar a todos los contextos humanos, desde las relaciones maritales hasta los interrogatorios policiales y judiciales, pasando por los exámenes clínicos. Ejemplos de los tipos de declaraciones que requieren evaluación de credibilidad son:
1.- La afirmación de un niño de que él o ella ha sido abusado sexualmente.
2.- La afirmación de una persona previamente suicida de que se ha recuperado y no intentará suicidarse nuevamente.
3.- La negación de culpabilidad por un sospechoso en una investigación criminal.
4.- La declaración confiada de un testigo de que está seguro en su identificación de un ladrón.
5.- El voto de lealtad de un empleado potencial para un trabajo de seguridad. Es necesario evaluar la credibilidad de estas y otras declaraciones similares.
El término «prueba de polígrafo», particularmente en un contexto forense, se usa generalmente para describir procedimientos de diagnóstico que usan un instrumento de polígrafo para evaluar la credibilidad de un testimonio. Debido a la controversia ética establecida en distintos foros científicos las pruebas de polígrafo están sujetas a un mayor escrutinio, debate y estudio empírico que muchas otras técnicas forenses.
Se ha demostrado repetidamente que, cuando se usa correctamente, el proceso de evaluación de la credibilidad mediante la prueba con polígrafo funciona con un alto grado de validez predictiva (de criterio), capaz de establecer la presencia del engaño en un testimonio con una fiabilidad superior al 98%.
En estos momentos existe evidencia científica disponible establece no solo que las conclusiones científicas alcanzadas en los últimos estudios de validación fortalecen la aplicación práctica del proceso del polígrafo en entornos forenses y otros, sino que también proporciona direcciones para futuras investigaciones por parte de científicos interesados en la evaluación aplicada de la credibilidad.
Imagen de un gráfico de polígrafo con cuatro canales: registro de respiración torácica, abdominal, conductancia de la piel y actividad cardiovascular.
Este artículo revisa los dos enfoques principales para la evaluación de credibilidad psicofisiológica (PCA), comúnmente conocida como prueba de polígrafo, junto con las técnicas, el respaldo científico y las críticas asociadas con cada uno.
Los dos enfoques principales para realizar pruebas PCA son las pruebas basadas en el conocimiento y las basadas en el engaño. Todas las técnicas implican la monitorización instrumental de los índices del sistema nervioso autónomo. En las pruebas de conocimiento, se monitorea al sujeto para determinar si responde de manera diferencial a detalles del delito que sólo conocen el investigador y la persona que cometió los hechos investigados. Este tipo de prueba supone que la persona que cometió el delito reconocerá la alternativa correcta y responderá a su presentación con una respuesta de orientación fisiológica. Los individuos inocentes, por otro lado, no tendrán motivos para discriminar un elemento de otro y producirán respuestas fisiológicas al azar. Tres problemas plagan este enfoque. Dos tienen que ver con el diseño de la prueba y el tercero es un problema de aplicación. El otro enfoque popular para las pruebas basadas en el engaño está representado por una familia de técnicas conocidas como pruebas de preguntas de comparación (CQT). En un CQT, se desarrolla un segundo conjunto de preguntas no relacionadas con los actos en cuestión para evocar respuestas fisiológicas de personas inocentes. La lógica del enfoque CQT considera que las preguntas relevantes y las preguntas de comparación compiten entre sí. Si las preguntas relevantes producen las respuestas más amplias, entonces el examinador concluye que el sujeto estaba intentando engañar a las preguntas relevantes. Si las preguntas de comparación producen las respuestas más amplias, entonces el examinador concluye que el sujeto estaba siendo sincero con las preguntas relevantes del examen. Los datos científicos disponibles respaldan abrumadoramente la validez del CQT tanto en entornos de laboratorio como de campo.
La prueba del polígrafo en los servicios de inteligencia
El Departamento de Defensa de EE.UU. ha revisado y complementado su programa de polígrafo para incluir además de esta herramienta otras como analizadores de estrés de voz y detectores del movimiento ocular para detectar el engaño.
Una nueva directiva del Pentágono introduce el término «Evaluación de credibilidad (CA)», que se refiere a «El campo multidisciplinario de técnicas y procedimientos existentes y potenciales para evaluar la veracidad que se basa en reacciones fisiológicas y medidas de comportamiento para probar la concordancia entre los recuerdos y las declaraciones de un individuo”.
La nueva directiva también transfiere el programa de polígrafo del Servicio de Seguridad de Defensa a la división de Actividad de Campo de Contrainteligencia (CIFA) del Departamento de Defensa. El programa será supervisado por el Subsecretario de Defensa para Inteligencia.
Once organizaciones militares y de inteligencia de defensa enumeradas en la directiva están autorizadas para realizar exámenes de evaluación de credibilidad y polígrafo.